Una cosa es lo que decimos y otra lo que queremos decir. El ejemplo que se suele poner es el del iceberg. La parte de éste que está sumergida supone lo que queremos decir mientras que la parte que sale a la superficie es lo que realmente decimos. Así se producen las ambigüedades del lenguaje verbal que nos llevan a entender una cosa por otra.
Cómo poner las cosas por escrito aunque no quiera la empresa.
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Prácticamente todos los trabajadores habréis pasado o pasaréis por la
experiencia de que un empresaurio y/o uno de sus encargaos os comuniquen
verbalmente ...
Hace 17 horas
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