Una cosa es lo que decimos y otra lo que queremos decir. El ejemplo que se suele poner es el del iceberg. La parte de éste que está sumergida supone lo que queremos decir mientras que la parte que sale a la superficie es lo que realmente decimos. Así se producen las ambigüedades del lenguaje verbal que nos llevan a entender una cosa por otra.
Con el dinero me engañas tú, con el tiempo te engaño yo.
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Todos sabéis que es posible reclamar a la empresa el dinero que os deba
mediante una sencilla demanda de reclamación de cantidad, que además es
gratis porq...
Hace 5 días
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